La boda de Igor y Patxi fue un ejemplo de cómo el amor puede celebrarse de manera íntima y auténtica. Desde los preparativos, que realizaron juntos en la tranquilidad de su casa, se notaba que estaban en su momento. Cada uno ayudó al otro con los detalles, creando un ambiente natural y relajado, a diferencia de las típicas bodas donde el lugar se llena de gente. Esta cercanía y confianza les permitió disfrutar del momento sin distracciones.
La ceremonia civil tuvo lugar en el ayuntamiento de Elorrio, donde se comprometieron ante sus seres más cercanos. Posteriormente, celebraron un aperitivo con amigos, una oportunidad perfecta para hacer fotos, reír y compartir momentos agradables en un ambiente distendido.
La comida se llevó a cabo en el Baserri Belaustegui, en Elgoibar, un lugar mágico conocido por su excelente comida. Este encantador restaurante puede albergar dos bodas el mismo día: una grande con unos 100 invitados y otra en un espacio más íntimo. Igor y Patxi eligieron esta opción, lo que hizo que su celebración se sintiera aún más especial.
Al principio, Patxi no estaba muy entusiasmado con la idea de tener un fotógrafo, pero después de algunas conversaciones, decidimos hacer un reportaje que incluyó una sesión de preboda, el día de la boda y una postboda. El resultado les encantó desde el principio, y su historia es un claro ejemplo de que no importa cuántos invitados tengas, siempre vale la pena documentar esos momentos.
Celebrar el amor rodeados de tus seres queridos es lo que realmente importa, ya sea frente a 10, 40 o 300 personas. Dudaron en su decisión, pero acertaron al elegir tener fotógrafo, lo que me hace muy feliz. Quiero resaltar la importancia de la fotografía documental, que es nuestro estilo: capturar momentos honestos y reales que se convertirán en los recuerdos más valiosos de ese gran día.
La boda de Igor y Patxi nos recordó que cada celebración, por pequeña que sea, está llena de significado. ¡Les deseo toda la felicidad en su camino juntos!
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